Entrevista: Fausto Valencia, director del Proyecto de Dinero Electrónico del Banco Central del Ecuador

“Nuestros nietos ya no van a utilizar billetes, solo los van a ver en museos”.

El funcionario aseguró que la preocupación de la banca privada es infundada y con tintes políticos, ya que muchos de ellos están convencidos de que la iniciativa les generará mayores ingresos.

El Sistema de Dinero Electrónico (SDE) amplía las posibilidades de realizar pagos, cobros, transferencias y compras solo con un mensaje de texto desde cualquier parte del país y sin necesidad de una cuenta bancaria en las entidades financieras. Fausto Valencia, director del Proyecto de Dinero Electrónico del Banco Central del Ecuador (BCE), aclara dudas sobre el sistema.

¿Qué acogida tiene el Sistema de Dinero Electrónico (SDE)?

Existen más de 43 mil cuentas de dinero electrónico en todo el país. Nuestro trabajo está enfocado en la inclusión financiera. A la fecha hay alrededor de $ 600 mil en dinero electrónico en el sistema, el cual circula entre los agentes y los ciudadanos que están realizando transacciones.

¿Estos $ 600 mil están respaldados en dinero físico?

Están 100% respaldados con los activos de alta liquidez que mantiene la entidad. El BCE tiene activos por $ 8.968 millones y de allí tiene $ 4.568 millones en activos líquidos (de reserva), que respaldan el dinero electrónico.

¿Qué tipo de transacciones se han realizado con el nuevo sistema?

Como en este momento el sistema está en proceso de introducción, lo que más realiza la gente son cargas para tener dinero electrónico en sus cuentas, descargas y pagos. Las transacciones más comunes son la consulta del saldo y los cambios de clave. Este sistema toma un tiempo de 1 a 2 años para que la gente conozca, eso ha pasado en varios países. A partir del segundo año empieza a haber una mayor transaccionalidad en sociedades de baja inclusión financiera.

¿Qué cantidad de personas no están incluidas financieramente?

El 40% de la población económicamente activa no tiene acceso a una cuenta bancaria. Tenemos una inclusión financiera media, esperamos que las zonas más alejadas, que es donde estamos incursionando con el dinero electrónico, empiecen a hacer uso del sistema en los próximos años. Estamos trabajando mucho con las organizaciones de la economía popular y solidaria, las comunidades rurales, donde queremos que el sistema sea fuerte y permita a estas personas usarlo. Evidentemente en el camino nos toca crear una cultura financiera para estos ciudadanos, que es el gran reto, ya que son personas que muy difícilmente se van a incluir financieramente por problemas culturales, educación, pobreza.

¿Cuál es el objetivo a largo plazo?

La idea es que en 5 años existan unos 4 millones de usuarios, la mayoría no bancarizados. Estos usuarios en promedio, de acuerdo con experiencias de otros países, podrán tener entre $ 15 y $ 20 para transacciones en su cuenta de dinero electrónico, hablamos aproximadamente de unos $ 80 millones que será lo que existirá en el sistema dentro de 4 o 5 años, un monto pequeño comparado con la oferta, pero de gran impacto para la economía popular y solidaria.

¿La penetración móvil llega donde hay exclusión financiera?

La gran potencialidad que ahora tenemos en Ecuador y los grandes países del mundo es que la tecnología ha llegado al alcance de la mayoría de personas. En el país la cobertura celular en zonas rurales es del 90% y en zonas urbanas es mayor al 95%. Sin embargo, aunque existen más de 18 millones de líneas celulares, no todo el mundo tiene teléfonos inteligentes, paquetes de datos o internet, entonces ahí hay una limitación. El sistema se diseñó para que no requiera uso de internet, ni datos, y que pueda ser utilizado con una línea activa en el teléfono más sencillo a través del uso de los canales y mensajería básica de la telefonía móvil.

¿Los medios electrónicos cada vez son más usados en el mundo?

Según el GSMA, los sistemas de pagos móviles tienen tasas de crecimiento en su uso superiores al 100%, es decir que cada año se duplica el número de personas que utilizan este tipo de servicios, por su comodidad, porque te permite bajar los costos de transacción, desplazamiento, ahorra tiempo, una gran cantidad de ventajas. También por un tema generacional, estas tasas de crecimiento se dan en países jóvenes, ya que este segmento de la población está mucho más adaptado al uso de las nuevas tecnologías.

En Ecuador, donde más del 60% de la población es menor a 35 años, permite que la adaptación a este tipo de sistemas sea más sencilla. Los jóvenes se convierten en expertos tecnológicos para su grupo familiar.

¿A futuro no se usará dinero físico?

Eso va a pasar, va de la mano con la inclusión financiera, la educación y la reducción de la pobreza. Países como Dinamarca y Suecia, por ejemplo, están eliminando el uso del dinero físico. Si usted llega a Dinamarca y no tiene una tarjeta de crédito o un teléfono celular con dinero electrónico usted simplemente no va a poder hacer transacciones.

En nuestro país eso es un proceso más largo, nosotros tenemos altas diferencias, el 40% de la población está excluida. Tenemos centros urbanos importantes, pero también hay poblaciones completamente alejadas. Entonces no somos un país que tiene los niveles de equidad que tienen Dinamarca o Suecia, que son las economías más desarrolladas del mundo, no necesariamente las más ricas, pero sí las más equitativas. Para que nosotros lleguemos a ese nivel todavía tenemos un largo trecho por caminar; sin embargo, poner tecnología sencilla al alcance de todos es un primer paso. Lo que sí garantizo es que nuestros nietos ya no van a utilizar billetes y monedas, solo los van a ver en los museos. En el futuro, no más allá de 20 o 30 años, el dinero físico en gran parte del mundo ya no va a existir.

¿Cuáles son las ventajas?

La rapidez de la transacción, seguridad, la trazabilidad que permite al usuario saber lo que hizo. Los costos, porque es más barato que gestionar y transaccionar el dinero físico tanto para el usuario como para los negocios y las empresas, ya que tienen altos costos de transacción. Para la sociedad es bueno porque permite ser más eficiente en el manejo del dinero y eso se traslada en productividad, se demora menos en realizar los pagos y cobrar, eso permite tener flujos de caja más rápido y que las empresas mejoren sus recaudaciones, cobranzas. El BCE en 2014 tuvo un gasto aproximado de $ 3 millones en reposición de billetes viejos, los cuales son enviados a la Reserva Federal de EE.UU. y son repuestos con nuevos. Este canje tiene costos en los que se incluye el traslado de los billetes, seguros, vuelo, conteo, todo lo que se requiere para que esto suceda. Otra de las ventajas es que ya no se podrá falsificar los billetes. En las comunidades indígenas nos dijeron que valoraban el sistema porque iban a tener menos billetes falsos, porque, al parecer, muchos de estos circulan en las comunidades.

Hay un beneficio ecológico…

Se deja de talar árboles e incluso hay un beneficio higiénico. Cuántos gérmenes pasarán por los billetes para las personas. ¿Cuántos se habrán enfermado por coger un billete? El BCE hizo un análisis de la higiene de un billete, allí se reveló que los billetes son igual de sucios y llenos de bacterias que un inodoro público.

¿Los bancos tendrán una reducción en sus ganancias con el ingreso del dinero electrónico?

La mayoría de entidades ve a este sistema como una ventaja para incluir financieramente a aquellos que no están. No nos olvidemos que esto está diseñado para quienes no son clientes de los bancos. Igual quien sí es cliente y ya tiene tarjeta de débito o de crédito no tendría los incentivos para cambiar todos sus dólares al dinero electrónico. Hay personas que usarán el dinero electrónico para actividades como pagar el bus, taxi, en las tiendas, algunos gastos menores que hay en el día a día, peajes, etc., que me obliga a llevar dinero físico en mis bolsillos. Ese tipo de pagos será más cómodo con el dinero electrónico.
En ningún momento afecta al crédito, que es el principal negocio de los bancos, y transaccionalmente la mayoría de gente seguirá usando sus tarjetas de crédito y de débito, el SDE es complementario. Lo que sí va a pasar es que todos esos usuarios no incluidos financieramente, van a ir a la banca para transaccionar (hacer cargas y descargas) y allí hay una oportunidad para que la banca incorpore a estos nuevos clientes a su sistema. Al final todo ese dinero electrónico que está en dólares terminará llegando a las cuentas de la banca, que aumentará el número de clientes y por ende la cantidad de los depósitos. Nuestro objetivo es que la banca también crezca. Muchos bancos están convencidos de que el sietema les generará ingresos, porque por las transacciones que ellos realizan ganan su comisión.

¿Qué pasó con la billetera móvil que propuso la banca?

El riesgo que tenía era que iba a conformar un monopolio, entre el banco más grande del país y la operadora dominante. Si la banca hubiera sido más equitativa y en lugar de haber una operadora dominante estaban todas, probablemente no había tanto riesgo. A veces se critica mucho cuando el sector público toma iniciativas, pero cuando es un monopolio privado muchos están contentos. Lo que no es adecuado para ningún país es que un banco particular y una operadora configuren un solo sistema con un dinero que sea privado y que ellos pongan las tarifas como consideren y condicionen el uso, eso no produce inclusión financiera, es un producto elitista que no va a llegar a los más pobres. (I)